Hace unas semanas acudí a mi tienda Lush para recibir un tratamiento facial hecho a mi medida. Que no os dé envidia, todas podéis hacer lo mismo de forma totalmente gratuita, solo tenéis que rellenar un formulario a través de su página de Facebook. Os cuento en qué consistió mi tratamiento, y así igual termináis de animaros a ir.
Lo primero que hicieron fue determinar mi tipo de piel, en mi caso grasa y un poco sensible. Una vez hecho esto, escogieron los productos más adecuados para mí, y ya con ellos procedieron a realizar una rutina facial muy completa.
- Paso 1. Limpieza. Utilizaron un desmaquillante, un limpiador y un tónico.
- Paso 2. Exfoliación. En mi caso con Ocean Salt. Yo había utilizado anteriormente el Dark Angels, también de Lush. Me comentaron que el Ocean Salt es un poco más fuerte, por lo que solo debe usarse una vez por semana, y tiene una ventaja respecto al otro: una caducidad mucho más larga.
Una cosa que me llamó la atención es que la chica en seguida detectó que a la hora de la exfoliación dejo un poco olvidado el cuello (mea culpa), mientras que en la piel del rostro se me notaba que me esmero más. Así que a partir de ahora, exfoliación en cara y cuello.
- Paso 3. Sérum y mascarilla. No recuerdo que sérum me aplicaron, pero sí me acuerdo perfectamente de que la mascarilla fue la Cupcake. Una mascarilla hecha con chocolate (por lo visto tiene grandes beneficios para la piel). Su olor, como os podéis imaginar, es delicioso y además es muy refrescante, ya que se conserva refrigerada. Su caducidad es corta (3 semanas), ya que se trata de un producto fresco. Pero la podéis aplicar cada dos días, así que probablemente la gastaríais. Respecto al modo de empleo, debéis extenderla y dejarla actuar unos 10-15 minutos, hasta que esté seca. No veáis que mona estaba yo en la tienda de Lush con la cara totalmente marrón de la mascarilla, un cuadro. Pero la verdad es que me gustó mucho este producto. También me recomendaron otra mascarilla hecha con ajo: Terminator. Muy útil para acabar con las bacterias, pero claro, su olor no es tan bueno.
- Paso 4. Hidratación. Me aplicaron una hidratante para pieles grasas, que la verdad nutría mucho la piel, pero para mi gusto tardaba en absorber y la piel no quedaba todo lo mate que me gustaría.
Como veis, un tratamiento muy completo y encima, ¡¡gratis!! Otro punto a favor fue el masaje facial que realizaba la chica al aplicar cada producto. Con lo que me di cuenta también de la importancia de llevar a cabo los movimientos adecuados, ya sabéis, circulares ya ascendentes.
Y os preguntaréis, ¿Has podido ir a Lush y no comprar nada? Pues no, pero tampoco compré lo se podría esperar. Sino este pañuelo tan mono, había muchos más para elegir:
¿Qué me decís? ¿Alguna ha hecho ya su tratamiento personalizado en Lush?